Bareto y su cumbia invadieron España hace unos días. Barcelona, Santiago de Compostela y Madrid bailaron al ritmo de uno de los grupos peruanos más exitosos e internacionales de los últimos tiempos. 

Desde su irrupción en la escena musical -el año 2003- Bareto hace que peruanos y extranjeros se muevan sin diferencias, mientras en el escenario suenan la cumbia psicodélica de la amazonía y del ande peruano.

Emulando a Juaneco y su Combo o a Chacalón y la Nueva Crema, Bareto ha puesto el nombre del Perú en boca de productores norteamericanos y europeos. Así en 2012 fueron candidatos al Grammy y desde 2015 se pasean por Europa como Pedro por su casa.

A su paso por Barcelona nos encontramos con Bareto en la céntrica finca de la Ciudad Condal que los albergaba y allí pudimos hablar momentos antes de su concierto en la discoteca Plataforma del centro de la ciudad. 

Veinticuatro horas después de la presentación en Barcelona, Bareto se plantaba en Galicia, más precisamente en la ciudad de Santiago de Compostela, adonde acudió para participar en el WOMEX 2016, “Festival de Músicas del Mundo”, evento que desde hace 22 años es preponderante para el mundo de la música a nivel mundial.

El WOMEX, que en su página web se define como “el festival de la plataforma de redes y escaparate internacional líder para la industria de la música del mundo”, es la reunión internacional más importante para profesionales de este sector, pues además de convocar a los amantes de la música, reúne a músicos y empresarios. 

Así que Bareto siendo tan internacional como el ceviche, no podía faltar a esta cita en la que fueron uno de los invitados al Show case, exhibición para más de 2000 delegados de la industria de la música: periodistas y profesionales especializados, además de empresarios y cazadores de talentos para festivales y conciertos.

Según los integrantes del grupo, su presentación en este importante festival ha sido todo un éxito pues casi desde el primer acorde, los profesionales y empresarios de la música asistentes a su presentación, saltaron de sus sillas y no pararon de bailar y moverse durante los 45 minutos de duración del espectáculo.